De vuelta al Tales of Symphonia
Empecé el año dedicándole tiempo al remake del Tales of Symphonia para Nintendo Switch. Poder jugar a ese juego en una consola portátil es algo que jamás hubiese imaginado, ¡uno de mis juegos favoritos! Me acompañó durante mi infancia-adolescencia y di la turra a muchísima gente sobre ese juego. Lectura y escritura de fanfics incluida, fue un juego que me tiene totalmente obsesionada.
Es curioso que una persona que no le gusta apenas la fantasía y trata de huir de ella siempre acabe metida hasta las trancas en este juego. Hace una combinación perfecta entre la fantasía más clásica (hasta hay elfos, semielfos...), lore cristiano con ángeles (y un infierno) y ciencia ficción con tecnología mágica y mundos paralelos. Es bastante completo, para qué mentir. Solo podía salir de un estudio japonés.
El remake está a la altura del juego, porque al menos yo lo compré cuando ya solventaron todos los problemas graves que tiene, aunque es verdad que me he comido varios crasheos que no deberían haber sucedido. Igualmente puedo decir que en términos globales esta versión de Switch ha funcionado como esperaba, ya que juego en versión portátil y de esa forma no tiene que tirar de tanta potencia para rular un juego, por lo que he disfrutado muy cómodamente de este título.
No tengo mucho más que decir. Lo he pasado bien volviendo a Sylvarant y acompañando a los personajes más tontísimos que podían echarme a la cara. Si es que ni el que te dicen que es listo se salva. Si podéis, dadle una oportunidad, está curioso el juego y para ser un RPG clasicote, es bastante ameno de jugar (empezando porque no es por turnos).